miércoles, 26 de junio de 2013

"Turururu" suena la sirena

Hace poco ha estado circulando un video que muestra las actitudes de los conductores alemanes durante una emergencia. En este caso, se trata de un accidente que, presuntamente, obligó a restringir la circulación en una autopista. Para esas situaciones, las normas resultan claras para los conductores: deben abrirse a los costados de la autopista para dejar el paso libre al centro y permitir la llegada de los vehículos de emergencia. Los conductores que vengan detrás, al ver a los de adelante detenidos de tal manera, hacen lo mismo. Esto se da, por cierto, en cualquier situación en que aparezca una ambulancia: los conductores se abren a los costados para dejar libre el centro, y además se detienen para permitir que la ambulancia (o cualquier vehículo que quiera salir de su camino) los adelante y se acomode más adelante con facilidad. El video es el siguiente:



Hace unos meses, un grupo de pescadores bloqueó la Panamericana Sur a la altura de Pucusana, impidiendo el paso de los vehículos (de la misma forma que un accidente como el del video lo haría). Puede decirse que esto fue una 'emergencia' a ser atendida por los portatropas de la policía antimotines. He aquí la reacción de los conductores:

Hasta el carril de emergencia está ocupado. ¿Por dónde pasan los policías? ¿En contra?
Fuente: La República

De lujo.
Fuente: Perú.com
Es comprensible la desesperación de todos los presentes por llegar a sus destinos. Pero también es una muestra clara de que hace falta mucha concientización y reglas claras al respecto. Un poco de publicidad pagada por el Estado para fomentar un accionar colectivo como el visto en el video de Alemania no estaría de más. A inicios de junio, Publimetro informaba sobre una iniciativa de Essalud al respecto. En Google, al buscar la campaña, solo se encuentra una página relevante, bastante breve. Esta contiene, además, un gráfico interesante:



Bastante directo e ilustrativo.
Fuente: Essalud
Bueno pues, Essalud propone que apliquemos el mismo método que los alemanes al aproximarse una ambulancia. ¿Alguien sabe algo sobre esta campaña, o ha visto, escuchado o leído algún tipo de publicidad al respecto? Personalmente, aparte del Publimetro de ese día, no me enteré de nada más, y hasta hace unos minutos no sabía que en Perú también se proponía que ceder el paso a la ambulancia implique detenerse a ambos costados dejando libre el centro. El Reglamento solo indica que "el conductor deberá ubicar el vehículo que conduce en el carril derecho de la vía de ser posible y seguro y detener o disminuir la marcha". Modificar conductas como en este caso no debe ser muy complicado con publicidad adecuada, clara y abundante, junto con sanciones reales. Soñar no cuesta nada. Para concluir, dejo un video de cómo le abren el paso a una ambulancia en una avenida congestionada, en Polonia:

sábado, 15 de junio de 2013

El estilo combi

Ya conocemos la calamidad que es el transporte público de nuestra ciudad (peligroso, sucio, incomodísimo en hora pico, etc). Podemos buscar muchos culpables de su mal funcionamiento, desde el sistema educativo y falta de valores, hasta la antigüedad y tamaño de las unidades. Sin embargo, hay un factor primordial que influencia muchos comportamientos en este 'sistema': el sucio dinero. Más que el mismo dinero, lo importante es la forma en que este se obtiene y maneja, conocida (creo yo) por muchos: conductores y cobradores ganan por cada pasajero que llevan, y con eso obtienen sus ingresos y pagan todos sus costos (combustible, alquiler de vehículo, alquiler de ruta...). Asimismo, sin importar las denominaciones de empresas (cascarón) o líneas, en la práctica cada vehículo actúa como una empresa totalmente independiente de cualquier otro vehículo, y por ende compite con los demás por pasajeros.

Si las concesiones de ruta se otorgasen a empresas formales, con sus conductores y cobradores ganando sueldos fijos en lugar de ganar por pasajero, mucho cambiaría (en particular si cada ruta es monopólica, así no habría competencia entre empresas de una misma ruta, pero podría haber competencia entre distintas rutas con orígenes y destinos similares). ¿Qué actitudes podrían desaparecer con cambios como este?

El 'correteo'
Esto no necesita gran explicación. Hay pasajeros más abajo en la ruta, y subir a cada uno de ellos es como atrapar una monedita de oro.
Ejemplo gráfico
Fuente: MMGN
Pero al costado, aparece otra unidad de "Los Tigres de la 524", ávida por agarrar esas mismas moneditas. Las reglas del juego son sencillas: el primero en llegar, gana (un pasajero más). Por lo demás, se debe procurar no chocar ni atropellar a nadie (en lo posible). ¡Que comience el juego!

¿Cómo desaparecería? Pues es sencillo. Con sueldos fijos, las monedas estarían garantizadas: Si una unidad no recoge un pasajero, la siguiente unidad de la misma empresa lo hará; los ingresos irán no para cada unidad, sino para la empresa, que luego los repartirá en salarios a sus choferes y demás costos.

La tortuga / La escoba
Esta es la situación contraria. Un micro se encuentra solitario, fuera de hora pico, y con espacio de sobra al fondo. Entonces, disminuye la velocidad al mínimo posible, mientras el cobrador comienza a barrer con la mirada las veredas de las cuadras por venir, invitando a subir a cualquier cosa que se mueva ante la creciente impaciencia de los pasajeros.

¡Pasajero a la vista!
Fuente: SR
¿Cómo desaparecería? Recogiendo a estos pasajeros dispersos solo en paraderos. Si no ha llegado nadie al paradero aún, llegarán para cuando pase la siguiente unidad, y tendrán que esperar ahí. Pero en el sistema actual, hay que atraparlos a todos (mismo Pokemon), sin importar donde estén. De lo contrario, se los lleva el Gary Oak que venga detrás.

El llenador
"¡Todo Javier Prado, La Marina, Faucett! (repetir indefinidamente)". Esto se ve en los paraderos principales y más grandes, donde hay ¡un cúmulo de moneditas! Solo que no siempre están ahí; a veces, recién están llegando. ¡Pero llegarán! Y así, haciendo caso omiso a las protestas de los pasajeros, el chofer se planta durante diez minutos a la salida del paradero (bloqueándolo, por supuesto; si otro micro sale antes, es competencia para más adelante) mientras llena su unidad. Y como es la que está adelante de todos los demás, saldrá antes y es también la que los pasajeros verán primero (y más cerca); por ende los pasajeros preferirán subirse ahí. Atrás, se forma una cola que se rebalsa hacia afuera del paradero. Por lo tanto, los micros evitan ingresar y recogen pasajeros antes del paradero (obstruyendo la autopista Panamericana por ejemplo), o después del paradero. Esta actitud está relacionada con la siguiente:

El sapito
¡Todos quieren estar adelante! Nadie quiere hacer cola (ni estar atrás de la cola), pues los demás no lo harán, y se saltarán algunas posiciones hacia adelante, así implique atraversarse tres carriles de tráfico para lograrlo. El que está adelante, agarra más pasajeros y tiene el control sobre los de atrás (al no dejarlos pasar).  ¿El resultado?
Un ejemplo leve
Fuente: Imageshack
¿Cómo desaparecerían estas últimas dos? Nuevamente, en ese mundo alterno, el pasajero que no suba a una unidad, sería recogido por la que venga atrás, y todos los choferes y cobradores tendrían sus salarios sin importar esto. Ningún chofer tendría que esperar a llenar su micro: podría detenerse unos segundos, recoger a quienes estén ahí, y avanzar; ergo, nadie tendría que atravesarse para ser el primero de la fila, pues su turno para recoger llegará rápido.

Está demás explicar en detalle lo peligroso que puede resultar el 'correteo', y las pérdidas en tiempo que las otras actitudes mencionadas causan a los pasajeros de los micros, y a los conductores que vienen detrás. Un poco de formalidad como la sugerida al inicio podría hacer una gran diferencia, y facilitaría cambios de actitud de los partícipes del sistema. La Municipalidad ha planteado lograr una situación similar con su 'reforma del transporte'. Más allá de cualquier juicio de valor sobre la gestión municipal, esperemos que esto logre implementarse y dé los frutos esperados.

jueves, 13 de junio de 2013

Más redondeos

Como continuación al post anterior acerca de los óvalos y la forma de sus carriles, quisiera mencionar un tema relacionado: los mini-óvalos.

Algo así
Hasta donde conozco y recuerdo, no existe ningún "mini-óvalo" en Lima (ojo: no es lo mismo que un cul-de-sac al final de una calle, aunque puedan tener dimensiones similares). Estos se ubican usualmente en cruces de dos calles (por su tránsito más bajo que en una avenida) y solo tienen un carril alrededor de una pequeña isla central; son cruces pequeños pero suficientemente amplios como para permitir giros de 360 grados de cualquier automóvil (y normalmente tienen una isla central de baja altura para que un camión le pueda pasar encima incómodamente si no la puede rodear). La regla es sencilla: preferencia de paso para el que está en el óvalo. Se espera o se pasa de acuerdo a ello.

¿Ventajas? Pues, podrían evitarse los molestos rompemuelles o camellones para reducir velocidades; al existir una isla central que imposibilita un camino recto (y veloz), los conductores necesariamente tienen que bajar la velocidad para desviarse en un ángulo hacia la derecha al llegar al cruce, sin la molestia de tanto rebote, y luego rodear el mini-óvalo hasta su salida, en una sola fila (pues solo hay un carril).

A ver, ¿quién puede rodear esto a más de 50km/h? - Berkeley, CA

¿Otra ventaja? No hay que mirar para ambos lados para entrar al óvalo (particularmente ventajoso cuando hay baja visibilidad), solo a la izquierda, pues normalmente ninguna vía tiene preferencia; la preferencia la tiene quien esté dentro del óvalo. En esta ciudad, en que para el que tiene el rompemuelles y acelera el que tiene el Pare, mientras más sencillo mejor. Así también se reducen los accidentes, y los tiempos de espera excesivos para la vía que no tenga prioridad de paso originalmente.

¿Desventajas? En Lima, los cruces de calle suficientemente amplios como para ubicar un mini-óvalo son pocos. Además, tienen que ser adecuados para ello (cierto nivel de tráfico, y de giros). En Miraflores existen muchos cruces de calles de un tamaño adecuado, pero como son calles de un solo sentido, no es aplicable.

Un ejemplo perfecto se ubica atrás de la Universidad de Lima, en el cruce de las calles Osa Mayor y Orión: un cruce amplio donde se podría colocar una isla central y girar en círculos sin problema, con tráfico moderado en la calle preferencial que puede llegar a velocidades medianamente elevadas, y casi nula visibilidad para la calle que la cruza.

Esta esquina
No es buena idea mezclar pobre visibilidad con tráfico veloz, naturalmente. Se podría colocar rompemuelles pero, ¿para qué tanto molesto rebote cuando se puede tener unas vueltas cerradas pero fluidas?

¿Otra desventaja? Se critica que algunos podrían manejar de frente, sobre las islas centrales, sin parar, particularmente en Inglaterra donde pueden ser muy bajas o solo círculos pintados. Por ello, es importante que su altura sea suficiente como para disuadir a algunos de hacer esto (o que sea intransitable, pero esto complica a los camiones). También, el ancho de la isla debe ser tal que se requiera girar en un ángulo cerrado para evitarla, y reducir la velocidad para esto.
Un mini-óvalo inútil. En Inglaterra les manejan encima; ¿en Lima?

En donde es aplicable, un mini-óvalo bien diseñado puede hacer un cruce más seguro y más fluido, evitando paradas innecesarias, y moderando velocidades sin necesidad de utilizar rompemuelles de tamaños cada vez más masivos.

viernes, 7 de junio de 2013

Redondeando la idea: cómo mejorar los óvalos de Lima

Los óvalos pueden encontrarse en muchos puntos de nuestra ciudad. Los hay tranquilos, caóticos, apacibles, desordenados. Algunos, como el Óvalo Higuereta, pueden ser la pesadilla de conductores novatos, o de extranjeros no acostumbrados a manejar por nuestras rotondas, pero que no tienen problema utilizando las de sus países de origen. ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué tanto desorden aquí?

Es sencillo, podría decirse. Como podrá observar cualquier conductor limeño, hay muchos conflictos entre vehículos. Están aquellos que desean entrar a un óvalo, metiendo el carro a los que circulan en este; están los que desean salir, que meten carro a los que siguen circulando; o vice versa. En teoría, según el reglamento, "tiene prioridad de paso el vehículo que circula por [este] respecto al que intenta ingresar" pero claro, eso es solo en teoría; más acorde a la realidad es el simple "pasa el que mete carro". Y de la manera en que funcionan nuestras rotondas, esto es necesario.

En un mundo ideal, al querer salir uno de un óvalo, todos a la derecha deberían salir con uno simultáneamente, para no chocar con los que siguen girando que puedan estar del lado derecho; aquellos, a su vez, deberían mantenerse a su izquierda, seguir girando, y salir en grupito a la avenida de su elección de la misma manera. El resultado completo sería semejante a una espiral: trayectorias desde el centro hacia afuera. A veces puede observarse una aproximación a este comportamiento sincronizado, con las ocasionales ovejas negras de la derecha que quieren ir a la izquierda, o vice versa, cuando la presión grupal del conjunto va en dirección opuesta. Por supuesto, esto empeora cuando se mezcla con el tráfico que entra de otras avenidas, y no hay semáforo que regule turnos, como en el siguiente video (tendrán que disculparme por las vigas que decidieron atravesarse en mi toma al más vil estilo microbusero).



Con este video se puede argumentar que, sí, lo mejor es tener semáforos bien coordinados en los óvalos con grandes volúmenes de tráfico. (Que en aquel óvalo debería existir un by-pass o un túnel, bueno, probablemente sí, pero eso es tema aparte.) En efecto, en otros países como Inglaterra, o Estados Unidos, suele verse semáforos en las grandes rotondas. Pero el punto principal sobre el cual quiero llamar la atención no es el uso de semáforos, sino la forma de los carriles. Acá en Lima vemos que al centro hay una isla circular (usualmente con plantas, alguna estatua, y caminos por los que uno podría pasear tras esquivar a la muerte al tratar de llegar). Alrededor de esta, están los carriles, todos circulares; cada uno es un círculo concéntrico perfecto (cada uno dentro de otro(s)). Uno podría mantener el timón en cierta posición, quedarse dormido con el pie en el acelerador, y dar vueltas eternamente sobre el mismo camino sin salir nunca de un carril. Como ejemplo, el Óvalo Higuereta:

Círculos dentro de círculos... circuloception!

"Sí, eso ya sabía, ¿cuál es la novedad?" Paciencia, paciencia. Por supuesto, estos carriles circulares solo sirven para guiar a aquellos que circulan (heh) alrededor; a la hora de ingresar o tomar una salida, son irrelevantes; lo único relevante es atravesarse en estos y ver qué es lo que haga el grupo alrededor, la agresividad de los que están en 'curso de colisión', y qué tan caña sea uno.

Es aquí donde resulta curioso ver cómo funcionan muchos óvalos en otras partes del mundo. Esencialmente, es casi de la misma manera, pero en vez de estar atento al grupo alrededor para ver si uno tendrá que seguir la corriente o pelearse para llegar a donde quiere, uno solo tiene que escoger el carril adecuado, y seguir 'de frente' por este con la seguridad de que desembocará en el lugar a donde uno quiere ir. ¿Cómo? Veamos unos ejemplos. En primer lugar, van dos rotondas de Utrecht, en Holanda:



Puede ser difícil de notar, pero sigan con cuidado las líneas punteadas, y observen cómo se dirigen hacia una u otra vía, en relación a las flechas pintadas (definitivamente debe ser más sencillo de hacer desde el asiento del conductor). Para simplificarlo, veamos como ejemplo qué líneas debe tener en cuenta un conductor que va de norte a sur (en rojo), o de este a oeste (en azul) para guiarse:

De fácil visualización. Si se va a la izquierda, se toman en cuenta las otras líneas, por supuesto.
Se puede notar cómo los carriles ingresan y abandonan el óvalo, cómo se sobreponen, bifurcan y cruzan, para guiar los distintos flujos vehiculares desde diferentes direcciones, tal que se muevan de manera totalmente fluida y sin que existan conflictos (o 'cursos de colisión'). No hay círculos constantes donde dar vueltas eternas y nadie tiene que atravesarse a otro para ingresar o salir. Naturalmente, se utilizan semáforos (observen las líneas de parada) para que esto funcione y no haya caos.

"¡Pero en Lima no serviría; todos irían para cualquier lado desde cualquier lugar!" Bueno, esto no tiene por qué ser así si a la mayoría le resulta más conveniente solo seguir un camino trazado, con señalización adecuada y buen 'enforcement' por policías (o lo que está de moda: inspectores municipales). Más adelante veremos una solución más sencilla. Por ahora, observemos unos ejemplos más, fuera de Holanda, en que también se juega con los carriles.

A continuación, van dos ejemplos de Australia (las imágenes han sido invertidas para verse como si se manejara del lado derecho, para evitar confusiones):

Un ejemplo de Canberra, con los carriles saliendo como en una espiral

Un ejemplo de Melbourne (que puede servir de inspiración para arreglar el caótico óvalo de Arriola)

Finalmente, tenemos uno de Washington DC, el más parecido a nuestros óvalos de los mostrados:

Los carriles derechos salen como una espiral, pero también ingresan
En estos últimos ejemplos, los carriles no se entrecruzan tan visiblemente como en las imágenes de Utrecht (pues no hay rayas guiando a los vehículos que ingresan), pero sí hay flechas indicando la dirección a tomarse. Igualmente, se ve que los carriles salen o guían hacia las vías en vez de permanecer dando vueltas (la única excepción es el carril interno del ejemplo de Washington).

En los casos mostrados, salvando las diferencias, los conductores simplemente tienen que ubicarse en los carriles adecuados antes de ingresar (o al ingresar) a una rotonda, y estos deberían guiar a los distintos grupos de vehículos a sus respectivas salidas. Si esto se respeta y, además de esto, se tienen semáforos cuando hay alto tránsito, o se respeta la preferencia al ingresar en ubicaciones con bajo tránsito, los conflictos desaparecen: nadie tiene que atravesarse ni cerrar a nadie para salir a una vía o para seguir circulando hasta otra salida, ni para ingresar. Y si alguna 'oveja negra' se atraviesa, su falta es obvia: es más sencillo notarlo (y multarlo) como una excepción en un ambiente ordenado que en una situación caótica (queda tan claramente en falta como el micro que te cierra en una avenida o el taxista despistado que en un cruce gira a la derecha desde el extremo izquierdo).

Pero, ¿hay alguna manera sencilla de lograr que se cumpla con el uso de un óvalo rediseñado bajo estos estándares, sin que algunos payasos den la contra? Nuevamente, los holandeses nos proporcionan inspiración:


Se puede colocar pequeños sardineles, o tal vez, 'rompemuelles lineales' que no impidan el paso pero que sean suficientemente empinados como para golpear carrocerías al pasar por ellos. Esto no debería ser utilizado en exceso. Más adecuado sería ubicarlos, por ejemplo, para separar los espacios en que solo se debe seguir hacia adelante, de aquellos donde solo se debe voltear (para evitar que el tráfico que gira se acumule en otras partes del óvalo y bloquee a los que siguen de frente). Ciertamente, hacer eso es preferible a adoptar soluciones más radicales, como esta:
Óvalo Monitor, con un corte posmoderno para voltear a la izquierda o producir choques de película
Fuente: La República
Felicito a los técnicos municipales por arriesgarse a implementar soluciones creativas (sin sarcasmos), pero esta me parece inadecuada. Una línea recta es el camino más corto entre dos puntos; proporciona también el menor espacio para almacenar tráfico que espere para girar a la izquierda antes que este se rebalse al resto del óvalo. Si se quiere mayor distancia (ergo, mayor espacio), se debería seguir la curvatura del óvalo (por ese pedacito de pasto); y si se quiere separar estos nuevos carriles de giro de los demás, se puede utilizar un murito, proporcionando un espacio de entrada para Las Palmeras (la avenida de arriba), y pintando los demás carriles para que salgan recto hacia Javier Prado en vez de formar círculos en torno al centro.

Espero este (largo y tedioso) post haya sido de su agrado y comprensión. Hasta la próxima.

Jerick