sábado, 15 de junio de 2013

El estilo combi

Ya conocemos la calamidad que es el transporte público de nuestra ciudad (peligroso, sucio, incomodísimo en hora pico, etc). Podemos buscar muchos culpables de su mal funcionamiento, desde el sistema educativo y falta de valores, hasta la antigüedad y tamaño de las unidades. Sin embargo, hay un factor primordial que influencia muchos comportamientos en este 'sistema': el sucio dinero. Más que el mismo dinero, lo importante es la forma en que este se obtiene y maneja, conocida (creo yo) por muchos: conductores y cobradores ganan por cada pasajero que llevan, y con eso obtienen sus ingresos y pagan todos sus costos (combustible, alquiler de vehículo, alquiler de ruta...). Asimismo, sin importar las denominaciones de empresas (cascarón) o líneas, en la práctica cada vehículo actúa como una empresa totalmente independiente de cualquier otro vehículo, y por ende compite con los demás por pasajeros.

Si las concesiones de ruta se otorgasen a empresas formales, con sus conductores y cobradores ganando sueldos fijos en lugar de ganar por pasajero, mucho cambiaría (en particular si cada ruta es monopólica, así no habría competencia entre empresas de una misma ruta, pero podría haber competencia entre distintas rutas con orígenes y destinos similares). ¿Qué actitudes podrían desaparecer con cambios como este?

El 'correteo'
Esto no necesita gran explicación. Hay pasajeros más abajo en la ruta, y subir a cada uno de ellos es como atrapar una monedita de oro.
Ejemplo gráfico
Fuente: MMGN
Pero al costado, aparece otra unidad de "Los Tigres de la 524", ávida por agarrar esas mismas moneditas. Las reglas del juego son sencillas: el primero en llegar, gana (un pasajero más). Por lo demás, se debe procurar no chocar ni atropellar a nadie (en lo posible). ¡Que comience el juego!

¿Cómo desaparecería? Pues es sencillo. Con sueldos fijos, las monedas estarían garantizadas: Si una unidad no recoge un pasajero, la siguiente unidad de la misma empresa lo hará; los ingresos irán no para cada unidad, sino para la empresa, que luego los repartirá en salarios a sus choferes y demás costos.

La tortuga / La escoba
Esta es la situación contraria. Un micro se encuentra solitario, fuera de hora pico, y con espacio de sobra al fondo. Entonces, disminuye la velocidad al mínimo posible, mientras el cobrador comienza a barrer con la mirada las veredas de las cuadras por venir, invitando a subir a cualquier cosa que se mueva ante la creciente impaciencia de los pasajeros.

¡Pasajero a la vista!
Fuente: SR
¿Cómo desaparecería? Recogiendo a estos pasajeros dispersos solo en paraderos. Si no ha llegado nadie al paradero aún, llegarán para cuando pase la siguiente unidad, y tendrán que esperar ahí. Pero en el sistema actual, hay que atraparlos a todos (mismo Pokemon), sin importar donde estén. De lo contrario, se los lleva el Gary Oak que venga detrás.

El llenador
"¡Todo Javier Prado, La Marina, Faucett! (repetir indefinidamente)". Esto se ve en los paraderos principales y más grandes, donde hay ¡un cúmulo de moneditas! Solo que no siempre están ahí; a veces, recién están llegando. ¡Pero llegarán! Y así, haciendo caso omiso a las protestas de los pasajeros, el chofer se planta durante diez minutos a la salida del paradero (bloqueándolo, por supuesto; si otro micro sale antes, es competencia para más adelante) mientras llena su unidad. Y como es la que está adelante de todos los demás, saldrá antes y es también la que los pasajeros verán primero (y más cerca); por ende los pasajeros preferirán subirse ahí. Atrás, se forma una cola que se rebalsa hacia afuera del paradero. Por lo tanto, los micros evitan ingresar y recogen pasajeros antes del paradero (obstruyendo la autopista Panamericana por ejemplo), o después del paradero. Esta actitud está relacionada con la siguiente:

El sapito
¡Todos quieren estar adelante! Nadie quiere hacer cola (ni estar atrás de la cola), pues los demás no lo harán, y se saltarán algunas posiciones hacia adelante, así implique atraversarse tres carriles de tráfico para lograrlo. El que está adelante, agarra más pasajeros y tiene el control sobre los de atrás (al no dejarlos pasar).  ¿El resultado?
Un ejemplo leve
Fuente: Imageshack
¿Cómo desaparecerían estas últimas dos? Nuevamente, en ese mundo alterno, el pasajero que no suba a una unidad, sería recogido por la que venga atrás, y todos los choferes y cobradores tendrían sus salarios sin importar esto. Ningún chofer tendría que esperar a llenar su micro: podría detenerse unos segundos, recoger a quienes estén ahí, y avanzar; ergo, nadie tendría que atravesarse para ser el primero de la fila, pues su turno para recoger llegará rápido.

Está demás explicar en detalle lo peligroso que puede resultar el 'correteo', y las pérdidas en tiempo que las otras actitudes mencionadas causan a los pasajeros de los micros, y a los conductores que vienen detrás. Un poco de formalidad como la sugerida al inicio podría hacer una gran diferencia, y facilitaría cambios de actitud de los partícipes del sistema. La Municipalidad ha planteado lograr una situación similar con su 'reforma del transporte'. Más allá de cualquier juicio de valor sobre la gestión municipal, esperemos que esto logre implementarse y dé los frutos esperados.

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Algunos comentarios:
    - Para evitar el comportamiento monopólico simplemente se organizan concursos o subastas en los que distintas empresas ofrecen distintos precios y el que ofrece el menor es el que se lleva la concesión. Quizás un pasaje con una ligera sensibilidad al precio de la gasolina estaría bien.
    - Que los ingresos del conductor y cobrador no estén directamente ligados a los ingresos del negocio genera costos de agencia. Es decir, los operarios al tener un ingreso fijo, ya no buscan maximizar los ingresos del negocio. Habría que buscar algún otro sistema de incentivos. También habría que ver cuál es la sensibilidad de los incentivos en el comportamiento de los conductores, es decir, qué porcentaje de su sueldo puede ser variable sin que pongan en peligro otras vidas o violen las leyes del tránsito. De repente basta con regularlos desde la empresa "Si tienes 3 papeletas en un periodo de 6 meses estás despedido."
    - También hay el riesgo de que los conductores le roben al negocio al no facturar pasajeros. Es el mismo problema que tienen las tiendas de jugos de frutas pues es difícil llevar la contabilidad de cuántos jugos se prepararon efectivamente. Este para mi es el punto más débil del sistema, el cual habría que reforzar de alguna forma.
    - En el sistema actual, los conductores y cobradores son los que asumen el riesgo del negocio (en términos de ingresos). Los que alquilan el vehículo reciben un monto fijo. Siendo los dueños de los vehículos personas con más dinero, tendría mucho sentido que sean ellos los que asuman el riesgo. En el sistema actual, "Tener un día malo" puede significar que su familia no coma ese día... Esto también se puede probar matemáticamente.
    - Por último, los paraderos me parecen igual de importantes que modificar el sistema de pago. El orden que generarían sería nada despreciable. Pero tienen que venir junto al cambio del sistema de pago, y a una autoridad más respetable que efectivamente denuncie cuando a la combi se le ocurre parar en medio de la calle.

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    1. Gracias por tu comentario. Es cierto que hay muchas aristas por mejorar, que no menciono en este post.

      En el punto de los monopolios, lo mencionaba como algo que sería deseable, pues con monopolios en rutas no habría una competencia salvaje en las calles entre unidades de distintas empresas con una misma ruta (algo como lo que vemos hoy en día). En efecto, debe haber cierta regulación, que podría estar ligada al precio del combustible. Ahora bien, tal vez pueda lograrse una coexistencia civilizada de varias empresas, sujeto a sanciones por 'incivilidad'.

      Sobre tus siguientes dos puntos, ahí puede entrar a tallar la tecnología: GPS para ver que se adhieran a la ruta (y horarios razonables), y cobro electrónico y centralizado de pasajes (que permita transbordos, etc). Y sí, es importante que los conductores estén bien controlados. Creo que una manera es logrando que las empresas mismas los fiscalicen y capaciten, pero para motivar esto las sanciones (por faltas de tránsito) deben recaer sobre las empresas también.

      De acuerdo con que las empresas deben ser propietarias de sus vehículos (o quienes los alquilan), y ser responsables de los costos de mantenimiento y combustible.

      Y sí, hace falta paraderos. Puede ser tan sencillo como un cartelito en un poste, aunque muchas veces incluso los paraderos señalizados (o no) están detrás de puertas de garaje, o en estacionamientos, o grifos (donde es incluso ilegal). Esto, y también falta más infraestructura como carriles de buses, sistemas de prioridad de paso de buses, y mucho 'enforcement'. Creo que si se hace a una empresa parcialmente responsable por las faltas de sus unidades (que inspectores puedan sancionar), se la puede motivar a ejercer control por su propia cuenta.
      Saludos.

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